domingo, 20 de enero de 2013

“El castigo del embustero es no ser creído aun cuando diga la verdad”. –Aristóteles



Me tope con esta frase el otro día y me gustaría compartir mi opinión sobre la misma con ustedes. 

Esta frase o cita me recuerda mucho a la historia del niño que gritaba el lobo. La moraleja que me deja esa historia es que cuando engañamos a los demás repetidas veces, esto hace que nos demos a conocer como embusteros. De esta manera los demás se hacen un perfil de esa persona, y dejan de tener esa confianza, que es un tesoro, hacia ellos. Engañar nunca será mejor política que siempre hablar con la verdad. La posesión más valiosa que tenemos es nuestra palabra.

Para saber más sobre Aristoteles.

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